Quién hace el cambio es el paciente

Quien hace el cambio es el paciente

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Esta conversación con un paciente frustrado, que no empezaba nada por no ver los beneficios que le pudiera aportar en sí mismo la constancia, que no había conseguido mantener y, ni mucho menos, terminar ninguna actividad que no fuera algo de su máximo interés, había logrado una “rutina” de ejercicio durante casi 2 meses y plantearse continuar a pesar del plazo que se había autoimpuesto como un reto.

No sé si os hago llegar la importancia. Estamos hablando de un paciente con una enfermedad crónica, que no había conseguido mantener ninguno de sus últimos trabajos (abandonados por no poder seguir el ritmo de sus otros compañeros de trabajo que no tenían ni habían pasado por lo mismo que él), que no hacía práctica deportiva (algo habitual en él antes del diagnóstico) porque no podría mantener el mismo ritmo y constancia con que lo practicaba antes, que se había aislado de “la vida” prácticamente, que sólo mantenía contacto con su mujer, conmigo y con el resto de profesionales que le tratan la enfermedad. Esos 2 meses son una bocanada de aire puro para todos los que estábamos ahí “peleando”, él, el que más.

El esfuerzo es suyo, completamente suyo. El mérito, también es suyo. Los profesionales estamos ahí al lado para dar alternativas, para dar ánimos y fuerzas cuando los creemos perdidos, para apoyar, orientar y, de alguna forma, incentivar, ese esfuerzo, el intento, la constancia, la “obligatoriedad” autoimpuesta… El trabajo real lo realiza el paciente, la persona afectada.

De ahí mi “gracias” final. Poco podríamos hacer los profesionales de la salud sin la colaboración, la predisposición, la intención del paciente. Para realizar cambios, éstos, deben realizarse por el paciente. Y no es fácil. No es tan fácil como proponérselo y ya. Hay un pensamiento de cambio, una concienciación, un intento, fallos, deseos de abandonarlo todo, recaídas, reintentos y, con esfuerzo, un éxito detrás de todo ese trabajo (Prochaska y DiClemente y su ciclo de cambio). Todos estos pasos los debemos contemplar y debemos tenerlos presentes. Y visualizar en qué fase estamos para poder salir adelante.

Recordad que siempre, el esfuerzo, nunca viene de una sola parte, todos estamos implicados en él. El cambio lo consigue el paciente.

¿Seguimos?

Sandra Sánchez

Psicóloga