LA ESTRELLA VALIENTE

LA ESTRELLA VALIENTE

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Mi padre me hablaba cada noche de una estrella que brillaba más que ninguna. Era la que él amaba más, y un día me la quiso dejar en herencia.

Decía que, cuando me sintiera sola, esperase a las horas en que la luz empieza a dejarnos. Que la mirase largamente y pensara que la estrella me hablaba. Así estaría más acompañada.

¿Qué llegó a decirme? Pasaron semanas hasta que la oí:

—Sé valiente, tal como yo lo soy. Estás sola, aunque rodeada de estrellas como yo, y me consuelo a veces pensando que no lo estoy tanto, porque vosotros, los hombres y mujeres, me miráis ocaso tras ocaso. Y al amanecer, también. 

Al planeta más cercano a la Tierra siempre se le ha conocido con el nombre de “Lucero del alba”. Aunque Venus es igualmente visible a simple vista al atardecer, después de la puesta de sol y durante las primeras horas de la noche. 

Si miráis hacia el Oeste, media hora después del ocaso, podréis ver claramente una estrella muy blanca y brillante. Es el astro nocturno más brillante después de la Luna. Como mi padre, el más brillante de mi galaxia. Por más años que pasen, no deja nunca de llegarme su luz.

Patricia Aliu

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