Resbalar en el fango no es cosa buena.
Levantarse de él no es cosa fácil.
Que la niebla sea tu abrigo es cosa difícil.
Por unos segundos el aire y la luz te despejan el aliento.
Y logras que respire el pensamiento.
Y ves el movimiento del mundo, aunque tu paso sea más lento...
Una mariposa juega entre mis dedos, y pienso en el espíritu de lucha.
Gladiadores agrietados nunca vencidos, que avanzan entre la tierra que ensucia sus pies.
Y el colibrí seguirá por siempre visitando las flores.
Resbalar en el fango no es cosa buena, excepto si un día retozas en él.
L. Camino