16 versos

16 versos

Cansada estaba la hoja, 
arrastrada en la corriente. 
Como cansado el jorobado, 
de que de él se ría la gente.
 
Cansados los ojos que han llorado,
y que aún se han de secar. 
Como el río cansado, 
que va a descansar al mar.
 
Cansado el corazón roto, 
que se ha de recomponer. 
Cansada la noche larga, 
que busca el amanecer. 
 
Cansado el ángel guerrero, 
de exterminar los demonios. 
Cansada la madre triste, 
de visitar sus insomnios. 
 
Cansada la oruga quieta, 
traje estrecho que llevar. 
Se convierte en mariposa, 
lista ya para volar. 
 
Cansado el prado de nieve, 
con su palidez blanca. 
Que desea un sol naciente, 
y el color verde en su garganta. 
 
Cansada garganta ahogada, 
callas palabras de amor. 
Cansadas manos que desean, 
y se visten de temblor. 
 
Cansado barco a deriva, 
tu alma no sé desmonte. 
Levanta tu dura proa, 
que verás el horizonte. 
 
Horizonte de fiel promesa, 
y de dulce salvación. 
Ya te añoran las ballenas, 
se despide el tiburón. 
 
Pobre tiburón que sueña, 
que no le puedan temer. 
Y sonríe con sus fauces, 
por si le quieren querer. 
 
Cansada el alma defraudada, 
que le habla a las estrellas. 
Y que libre se da cuenta, 
que forma parte de ellas.
 
Cansada la fortaleza, 
de verse debilidad. 
Y le dice la pureza: 
qué equivocada estás. 
 
Cansado está un niño artista, 
que no le dejan soñar. 
Y a escondidas y a las velas, 
el no deja de crear. 
 
La voz de un pueblo hambriento, 
el viento esta tarde trae. 
Abuso de un poderoso, 
ese que nunca cae. 
 
Cansada está la humildad, 
del mal olor de la envidia. 
Lávate que yo no cambio, 
me da igual si te fastidia. 
 
 
Cansado de estar cansado, 
cambio de rumbo un hombre. 
Grandes cosas consiguió, 
y recordaron su nombre. 
 
Lidia Camino