Dice Jun, la camarera china de la cafetería, que su nombre en español significa algo así como verdad. Dice también que está en desuso, tanto el nombre como el significado. Y no le falta razón. Una vez le dije que aquí lo más parecido sería llamarse Alicia, que proviene del griego alétheia,

que también significa verdad. Le gustó, y a veces dice que se llama así. Es, en cualquier caso, cultura e idioma, un nombre precioso. También les dice Jun a sus clientes muchas mañanas, al comenzar la jornada, que cada día es como un folio en blanco y que cada uno tiene que intentar llenarlo con lo que pueda o, si no coincide, con lo que desee. Bonita máxima para acompañar el café de la mañana.

Así que hoy, después de desleír dos sobrecitos de cursilería en mi descafeinado de máquina, me ha dado por pensar que podríamos garabatear en nuestra hoja los esbozos de algún sueño, los rudimentarios trazos de una buena intención, o escribir unas notas, una corchea o cuatro fusas (que no es lo mismo, pero es igual), unas palabras que signifiquen algo para nosotros, algún número, una fecha, una efeméride, proponernos pequeños hitos que lograr en nuestro azaroso devenir.

Si a estas alturas aún no habéis hecho uso de algún antiemético, podríamos intentar jugar con ese folio (que ya no estará en blanco) al noble arte de la papiroflexia y doblarlo las veces y en el sentido que queramos, plegar sus esquinas, hacerlas coincidir, acercar una nota a una palabra, crear melodías de papel, sobreponer alguno de esos hitos con el esbozo de uno de los sueños, combinarlos, unir fechas y efemérides e imaginar que nada tienen que ver las unas con las otras, o embridarlas para la eternidad, si es lo que deseamos.

No sé, hacer algo, lo que sea, en lugar de seguir la zanahoria de la rutina, salvo que esa zanahoria sea lo que más nos apetezca.

Dice Benedetti que uno no siempre hace lo que quiere (uno no siempre puede) pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere.  Yo me sumo. Y creo que es un buen propósito de año nuevo.

Y contamos con ese folio en blanco; tenemos esa suerte.

Ismael Pérez de Pedro. 

Poeta.