Pactos, de Albert Villanueva

Pactos, de Albert Villanueva

Sinopsis de Pactos
Los asesinos en serie proliferan en las novelas y en las películas. Pero en la realidad, lo más habitual es encontrarse

con asesinos puntuales,personas normales que, en un momento de su vida y bajo determinadas circunstancias, son capaces de matar. Cualquiera puede convertirse en asesino. Otra cosa es planificar un crimen...

El inspector de los Mossos d’Esquadra Miquel Pruna recibe una llamada que le llevará a la investigación más especial de su carrera como policía. Su madre ha muerto en la residencia de ancianos donde estaba ingresada junto a los amigos de su cuadrilla. Una  defunción en apariencia natural, que pronto destapará una serie de pactos que tienen a la muerte como compromiso ineludible.
Además, Pruna sentirá la necesidad de buscar respuestas al misterio que su madre le planteó poco antes de morir. Eso le llevará a escarbar en algo que odia: el pasado. Y tendrá que retroceder hasta las riadas de 1962 en Gavà para saber una verdad que, como pasa a menudo, duele en el alma.

CURRÍCULUM LITERARIO 

Pactos 

 

A mediados de 2019 comencé a escribir mi nueva novela, que tenía claro que se enmarcara dentro del género negro, del que soy lector empedernido. 

Preparé los guiones para las tres obras que quiero que estén protagonizadas por el inspector Pruna y empecé la escritura de la primera de ellas. 

Las tres historias protagonizadas por este mosso d’esquadra tendrán, a parte de las investigaciones típicas del género, una mirada hacia algún hecho histórico de Gavà, mi ciudad, que intervendrá de 

Cuando explotó la pandemia del Covid-19, la novela quedó aparcada. Durante el confinamiento tuve otras dedicaciones y, cuando volví presencialmente a mis tareas docentes, la nueva casa mucho más fatigado de lo normal y me costaba mucho mantener mis rutinas creativas. 

Así pues, la novela durmió más de medio año en el disco duro del ordenador. Cuando la retomé, reescribí todo lo que llevaba escrito (un poco más de un tercio), pasando de la primera a la tercera persona). 

Pasado el verano de 2021 di por acabada la fase de correcciones y me embarqué en mi nuevo proyecto literario: una novela sobre el exilio tras la Guerra Civil, que aparcará temporalmente la segunda y la tercera historia del inspector Pruna. 

La novela se acabará publicando en Azur Editorial a finales de enero de 2022 con el título de Pactos. 

Los asesinos en serie proliferan en las novelas y en las películas. Pero en la realidad, lo más habitual es encontrarse con asesinos puntuales, personas normales que, en un momento de su vida y bajo determinadas circunstancias, son capaces de matar. Cualquiera puede convertirse en asesino. Otra cosa es planificar un crimen... 

El inspector de los Mossos d’Esquadra Miquel Pruna recibe una llamada que le llevará a la investigación más especial de su carrera como policía. Su madre ha muerto en la residencia de ancianos donde estaba ingresada junto a los amigos de su cuadrilla. Una defunción en apariencia natural, que pronto destapará una serie de pactos que tienen a la muerte como compromiso ineludible. 

Además, Pruna sentirá la necesidad de buscar respuestas al misterio que su madre le planteó poco antes de morir. Eso le llevará a escarbar en algo que odia: el pasado. Y tendrá que retroceder hasta las riadas de 1962 en Gavà para saber una verdad que, como pasa a menudo, duele en el alma.

Por hacer a tu muerte compañía 

 

En el verano de 2017 me puse manos a la obra con un proyecto para el que había hecho la investigación ocho o nueve años antes y que dormía en un cajón: una novela. Después de meses de duro trabajo, auto-publiqué Por hacer a tu muerte compañía a principios de 2019 con la Editorial Círculo Rojo. He vendido más de 500 ejemplares y el feedback que recibo de los lectores me hace estar muy satisfecho. 

En la novela pretendí unir tres épocas que desde siempre me habían fascinado. La primera es el Gavà de los años 20 y 30. Gavà es mi ciudad (a 15 km de Barcelona) y, en aquella época, un un parque que quería convertirse en el Montecarlo cosa impensable para aquellos años. 

El segundo momento histórico que siempre me llamó la atención fue el del pistolerismo y los movimientos anarquistas que en aquellos años 20-30 tiñeron de sangre Barcelona. En aquella época aparecieron también los primeros movimientos independentistas. 

El tercero, era la época de mi infancia y mi juventud. Aquella época de la que añoro la vida de barrio en la calle, los juegos, las experiencias… Y la influencia que empezó a tener en mí la música rock. 

Además, quería que mi novela tuviera una banda sonora. De manera que la protagonista tiene un “super-poder”: es capaz de encontrar la letra de la canción que mejor refleja en cada momento su estado de ánimo o sus vicisitudes. Así, 28 canciones de rock aparecen engarzadas en la narración. 

Julia Rovira vuelve a Gavà veinte años después y comienza a trabajar en el Centro de Historia de la ciudad. Siempre ha echado de menos al abuelo que no conoció, ya que murió cinco días antes del nacimiento de su padre… La falta de ese abuelo siempre la ha mortificado y la imagen que guarda de él es la que su familia le conformó a base de recuerdos. 

Pero un día, en su nuevo trabajo descubre una foto donde aparece su abuelo junto a Francesc Macià. Y aquel hallazgo desencadenará una investigación que le permitirá ir conociendo realmente a su abuelo. 

La novela se mueve en dos planos: la investigación de Julia en el presente y la vida de Martí, el abuelo de la protagonista, en el pasado. 

Poco a poco, Julia irá descubriendo un abuelo que no era el que le habían hecho conocer y que se vio envuelto en los movimientos anarquistas e independentistas de aquellos años. Al mismo tiempo, Julia irá recuperando la infancia y la juventud que dejó abandonadas cuando marchó de la ciudad… 

Una novela, por tanto, de recuerdos y de pasados.

Yo no quiero ir a esta escuela 

 

En marzo de 2017 publiqué un ensayo titulado Yo no quiero ir a esta escuela en el que hablaba de los que yo considero que son los pecados capitales de nuestro sistema educativo. Después de treinta y cinco años dedicándome a la docencia, reflexioné en él sobre las cosas que creo que la escuela debería cambiar para ofrecer a nuestros alumnos todo aquello que el siglo XXI les exige. 

Lo autoedité con Finis Terrae Ediciones y, aunque no quedé satisfecho con la editorial, se vendieron más de 300 ejemplares. 

En la escuela actual hay muchas cosas que no funcionan. Un currículum excesivamente extenso y alejado de la realidad de los alumnos, una evaluación poco formativa, unos horarios poco adecuados, unos deberes claramente excesivos... 

Toda una serie de «pecados» que se podrían resumir en una importante falta de sentido común. 

Unos «pecados» que dejan clara la necesidad de un proceso innovador que produzca el cambio que las escuelas necesitan para hacer frente a los retos que nos ofrece el siglo XXI. 

Un cambio que acabe poniendo al alumno en el centro del proceso de aprendizaje y consiga que él sea el verdadero protagonista. Porque, a pesar de lo que acostumbramos a pensar los docentes, nuestros alumnos tienen ganas de aprender y están motivados ante los retos que les proponemos. El gran problema es que, muchas veces, la escuela actual no cubre las expectativas de nuestros jóvenes.  

Yo no quiero ir a esta escuela nos ayuda a reflexionar sobre todos estos desafíos a los que se enfrenta nuestro sistema escolar y por los que tanto vale la pena luchar.  

Libro prologado por Jordi Adell, catedrático del área de Didáctica y Organización Escolar en el Departamento de Educación de la Universitat Jaume I, de Castelló. Adell es una de las personas más importantes que tiene nuestro país en cuestión de innovación y fue una de las primeras personas que me hizo replantearme mi profesión.

 

ALBERT VILLANUEVA 

Sobre mí 

Nací hace 59 años en Gavà, una ciudad que antes era pueblo y que se encuentra a 15 km de Barcelona. Aquí crecí, aquí estudié y aquí sigo viviendo. Aunque, curiosidades de la vida, siempre he trabajado en Viladecans, la ciudad de la que solo está separada por una riera ahora cubierta por asfalto. 

Me crié en un barrio de calles sin asfaltar y sin apenas coches, repletas de niños que de cualquier cosa hacían un juego mientras sus padres y abuelos multiplicaban las horas en el trabajo con el sueño de un futuro mejor y añorando la tierra que habían dejado atrás. 

Maestro 

Tuve la suerte de decidirme a estudiar Magisterio y llevo treinta y cuatro años intentando ayudar a mis alumnos a conseguir sus sueños y a luchar por su futuro.  

Creo que la escuela actual debe cambiar muchas inercias para poder ofrecer a nuestros alumnos lo que el siglo XXI les reclama. Los que creemos en la educación debemos transformar las escuelas en centros de aprendizaje, lugares donde el alumno sea el verdadero protagonista y se convierta en parte activa del proceso. 

Lector 

Ante todo, me considero un lector compulsivo… De hecho, creo que deberíamos vivir dos vidas para poder dedicar una de ellas solo a leer… O a releer, pues hay autores que merecen ser releídos constantemente. 

Desde aquel lejano Diez negritos, la primer obra que consiguió engancharme a las páginas de un libro, muchos han sido los autores que han llenado las horas de mi vida… Eduardo Mendoza, Andreu Martín, Vázquez Montalbán, Mankell, Juan Madrid… Pero por encima de todos, el más grande: Francisco González Ledesma. 

Pasión 

La vida es tan corta que muchas veces se nos escapa mientras buscamos la felicidad… Para mí, la única manera de ser feliz es poner pasión en todo lo que haces. En el trabajo, en la familia, con los amigos, en las aficiones… Solo implicándose a tope se paladea el caramelo de la alegría. 

He llegado a una edad en la que valoro muy poco las cosas que no me ofrecen satisfacciones personales… Y eso me lo da escribir… Los meses de investigación y documentación y las horas y horas de escritura me hacen sentir una persona plena y realizada.