La plaza de la Iglesia de Castelldefels tiene bares de chinos, entidades financieras con personas aguardando su turno a la intemperie para ser atendidos, haga calor, frío o llueva, según la nueva normativa para algunos clientes. También, tiene diez bancos de madera para que se sienten los jubilados.
Allí está la sede del ayuntamiento y, cómo no, una iglesia de principios del siglo XX, que da nombre a la plaza, consagrada bajo la advocación de la Virgen de la Salud, porque hubo hace tiempo una epidemia de paludismo que asoló estas tierras. Diseñada por el arquitecto modernista Enric Sagnier, por fuera no es demasiado vistosa, pero le ocurre como a algunas personas, que lo mejor está en su