Herald y Annelise se besan, ya es abril y sus besos revolotean entre los veladores del Zúrich, tomados por guiris de Paellador y sangría.
Enfrente, al comenzar La Rambla, alguien ha improvisado un altar. Hay cientos de ramos de flores traídas por manos amorosas junto a fotos de Alexéi Navalny.
Declina el día; el silencio, las flores y las velas encendidas impregnan este lugar de tristeza.
9.- VISIÓN DE MI HABITACIÓN
Esta noche ha tocado ver y oír otra perspectiva distinta de mi habitación. He visto el efecto de la anestesia en su cara negativa. El vecino de la cama número 3, vocea a las 4 de la madrugada: “¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? Su esposa intenta calmarlo. - “Estamos en el hospital”. - - ¿En qué hospital? Esto es una cárcel donde me tienen prisionero”. Grita. Quiere
Mariluz no tuvo hijos, gestionó, como pudo y mal, la muerte de su marido a los pocos años de casarse y cuando murió sola y de pena, sus sobrinos, una catedrática, un médico y un funcionario de la Diputación de Jaén a los que no veía desde hacía más de un año, heredaron el piso de la calle Maestra, algunos euros y una finquita en Torredonjimeno. En el tanatorio, decían que había que ver lo que la querían y echaban de menos.
La mayoría de las veces hacemos algo o contemplamos las cosas casi de manera automática, como esos robots que solemos criticar, no sin razón, en numerosas ocasiones. Esa actitud de realizar o de afrontar las labores cotidianas casi por inercia provoca que, a menudo, obviemos detalles maravillosos de la naturaleza, o que prodigios de la manufactura pasen por nuestros ojos o nuestras manos de manera casi imperceptible.
Resbalar en el fango no es cosa buena.
7.- OTRO NUEVO AMANECER
Otra vez mirando a la ventana para saludar a un nuevo día, después de otra noche en la que he dormido poco, pero me ha servido para conocer mejor las entrañas del hospital, la entrega de los profesionales sanitarios, las necesidades de los pacientes,
Tiene algo de mágico sumergirte en los escritos de los enamorados, en las felicitaciones entre amigos o, simplemente, apreciar una caligrafía, en muchos casos, preciosa. Esto siento cuando observo mi colección, porque, lo confieso: yo colecciono postales antiguas, de cualquier tipo, sobre todo de muchachas y parejas. También, de ciudades, pero de esta modalidad para que tengan cierto valor, junto a los monumentos o calles, es mejor que aparezcan personas, ya que la
La obra ganadora es L’Àlex del somriure, una novela original en el tratamiento de la paternidad con un hijo enfermo. La publicará la Editorial Univers.
El acto de entrega de la XXVI edición se ha hecho en el Auditorio de la ONCE en Barcelona, que ha contado con un homenaje a la escritora
Al salir las niñas del colegio las esperé en la puerta como he hecho varios años, pues hoy es el primer día del nuevo curso. Al verlas, tuve una extraña sensación, como si de repente hubieran crecido mucho, lo que me turbó, porque hacía dos días que las había visto.
A veces, mi memoria se cuelga como los ordenadores saturados y creo ver en Lúa el rostro de su madre, incluso me confundo al llamarla, aunque a mi hija,
A veces con la mejor voluntad y siguiendo los cánones de educación que te han enseñado tus mayores desde niño, te diriges a una señora extranjera, cuya dirección me facilitó su esposo, y resulta que esta se siente profundamente ofendida y ni siquiera se digna a contestarte directamente, a pesar de que la requerí en varias ocasiones. Cuando ya, desorientado,
El café de la máquina expendedora que hay en la pequeña sala de visitas del sociosanitario es malo, pero ayuda a mantenerse despierto. Por las ventanas se ven unas pistas de tenis en las que rebosa esa vida que entre los muros del centro parece ausentarse sin remedio. Llevado por la inercia de los días, alguien mira cómo golpean una pelota que va de campo a campo o se estrella en la red.
Les obres es poden presentar fins al 30 d’abril. L’Ajuntament de Gavà, en col·laboració amb les biblioteques de la ciutat, ha convocat una nova edició del concurs d’escriptura dramàtica Paraules en escena, un certamen que pretén fomentar l’escriptura
Hay que despertar a los besos dormidos, dijiste, que el amor pide camino o se vuelve sueño que tiene su morir por la mañana.
Que no haya olvido para la memoria de los labios, para el olor a gel en la ducha, el aire denso de la habitación, las sábanas —transparentes sobre tu piel blanca— a una caricia de que todo se vuelva milagro.
La encontré cuando la tarde palidece, cuando las aceras se llenan de colores y pasan parejas presurosas. Volvimos al bar del Palau donde tantas tardes habíamos compartido con Borges y Ángel González. Hablamos de cosas intrascendentes, hablamos del tiempo, de Domingo, que se nos fue tan joven. Del pobre Enrique y de esta tierra que se asfixia en sus delirios.
—Qué frío viene este febrerillo mocho.